La
enfermedad periodontal o
periodontitis es una infección
bacteriana que destruye las fibras y el hueso que soporta los dientes en tu boca.
La principal causa es la placa bacteriana, una delgada capa incolora que se
forma constantemente en los dientes.
Los síntomas son encías
rojas, inflamadas, encías separadas del diente o que fácilmente
sangran, mal aliento o dientes flojos.
Si
la placa no es removida por medio del cepillo e hilo dental, esa se puede
transformar en una sustancia dura llamada cálculo o sarro en menos de dos días.
El
sarro es tan duro que solo puede ser
removido durante una limpieza dental profesional. Si el sarro se forma por
debajo de las encías pegado a la raíz del diente, el riesgo de padecer
enfermedad periodontal aumenta.
Las
toxinas producidas por las bacterias de la placa irritan las encías causando la
infección, estas toxinas pueden destruir los tejidos que soportan el diente
incluyendo el hueso.
Cuando
esto sucede, las encías se separan
del diente formando bolsas. Al avanzar la enfermedad, estas bolsas se
profundizan, se destruye hueso y el diente puede perderse.
La
enfermedad periodontal no es dolorosa y algunas veces afecta a uno o más
dientes, puede haber síntomas como el mal aliento, encías enrojecidas,
inflamadas y que sangran. De hecho, la enfermedad
periodontal es la principal causa de perdida de dientes.
Para
el tratamiento de la enfermedad periodontal una vez que se evalúa el estado de
sus encías, se divide en 3 fases.
Fase
Inicial: en
el cual se elimina la inflamación y bolsas de poca profundidad.
Fase
quirúrgica: en
bolsas más profundas y en esta fase puede en algunas ocasiones regenerar hueso
o cubrir raíces expuestas.
Fase
de mantenimiento:
debido a que la enfermedad se inicia por la placa bacteriana, se debe realizar
revisiones periódicas, para eliminar la placa o sarro que se pudiera haber
formado.